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LA VERDAD SOBRE LA VIDA COMO PENSIONADO
Cuando se pregunta en las encuestas a las personas de 65 años o más lo que es el problema más grande que tienen en sus vidas, es un pequeño grupo que reporta que el desafío es algo relacionado con la salud. La verdad es que alguien que vive hasta los 70, 80 o 90 años probablemente está bien físicamente; si no fuera así ¡ya no estaría vivo!
El problema principal que reporta los adultos mayores es que “no tienen suficiente dinero.” Pueden disfrutar de una pensión, pero ese beneficio jamás paga un equivalente a lo que ganaba la persona cuando estaba recibiendo remuneración por un trabajo. Las pensiones no crecen como la inflación y el resultado es que cada año es más apretada la situación económica de los señores.
No es inusual, además, encontrarse con una persona pensionada que reporta que añora estar de vuelta en su trabajo. Allí su vida tenía propósito, se reunía con otras personas y conversaban “de todo” y estaba feliz. (Claro que este no estaba en teletrabajo). “Como me hubiera gustado trabajar unos años más” es un refrán que se oye con frecuencia.
Ahora ciertas empresas de “comida rápida” contratan a adultos mayores para trabajar en sus tiendas porque son más estables, más eficientes y “nunca faltan.” Los jóvenes son menos constantes y posiblemente provocan problemas con sus comportamientos y sobre todo sus ausencias.
Cada vez más las personas de la tercera edad buscan en que emplearse después de pensionarse de su empleo original. El líder del ANEP, auto declarado enemigo de aumentar la edad de la pensión a los 67 años, es un pensionado del sistema judicial; trabaja ahora más de lo que lo hacía cuando ejercía en su trabajo original.
Lo que también está pasando es que cada vez se encuentran más adultos mayores, especialmente si son propietarios de empresas privadas, que simplemente no se pensionan. Están bien de salud y de la cabeza (probablemente en parte porque siguen trabajando) y siguen aportando. Afortunadamente los “millenials” que van tomando el mando en muchas organizaciones no son como los “baby boomers.” A estos últimos les daba asco el adulto mayor y hacía lo imposible de no tratarlos o de pasar tiempo con ellos. Los millenials ven a los adultos mayores con que se encuentran en el trabajo como un ser humano más y si aportan bienvenidos.
La realidad es que una persona que trabajó toda su vida y de repente va para su casa con una pensión y sin nada que hacer excepto ver la televisión, rápidamente termina en una caja en ruta al camposanto. Para una persona de buena salud el dejar un empleo debería implicar que buscará otra oportunidad en el mercado laboral. Es la llave clave a la longevidad.
Hay personas que no están bien y a estos hay que mandarle a su casa cuando son elegibles para una pensión para cuidarse o ser cuidado. Pero para los que están bien lo ideal es que siguen laborando.
cdenton@cidgallup.com