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HABLANDO EN EL INGLÉS
Es el idioma del “imperio” pero cuando Vladimir Putin y Xi Jinping se reúnen informalmente para hablar de sus familias y quizás contar un chiste lo hacen sin traductores porque ambos hablan el inglés. Si Emmanuel Macron se reúne con Pedro Sánchez es igual. Si un costarricense turista se pierde en Berlín y necesita ayuda es hablando inglés con algún alemán que le va a sacar del apuro.
La gran mayoría de las más de 2 millones de turistas que visitarán a Costa Rica este año hablarán inglés, no importa su país de origen, pero será una minoría que habla español. Los tours que se ofrecen, las aventuras, los restaurantes, las ventas de souvenirs, tienen que tener personal que es fluida en el inglés. A mí me parece que la meta pudiera ser 5 millones de visitantes al año, un visitante por habitante; ¿habrá suficiente personal de habla inglés para manejar ese volumen?
Costa Rica es país pequeño y depende de la venta de servicios y productos en el exterior para su bienestar. Es lógico pensar en convertir al país en uno que es bilingüe. Aparte de las ventajas de lucro hay otra todavía más importante; una persona bilingüe usa ambos lados de su cerebro. Normalmente se usa solo el lado izquierdo. Esto no quiere decir que el bilingüe es más inteligente, pero es posible que sí lo es.
Cuando a mi me preguntan como se concluye que una persona realmente domina otro idioma (que definitivamente es bilingüe) siempre contesto que es cuando comprende los chistes en la lengua extranjera. Uso la palabra “comprender” porque lo que un norteamericano pudiera encontrar chistoso no es lo que pudiera un costarricense sentir jocoso. No es solo entender las palabras – es comprender la cultura y la mentalidad que genera el chiste. Por ejemplo, algunos estadounidenses actualmente cuentan chistes de “the orange man” – y no se refieren a un vendedor de naranjas. ¿Quién sería?
Para lograr convertir a Costa Rica en país bilingüe, algo que hizo Singapur con éxito, hay que empezar con los docentes. Hay dos posibilidades – un programa de llevar maestras de primaria a Canadá o Estados Unidos (hay que comenzar en 1 grado) donde viven con familia del país y donde nadie habla español. Si quiere comer la maestra tiene que poder pedir los alimentos. La segunda posibilidad es traer maestros acá a dar clases puramente en el inglés. Por ejemplo, grados 1 y 2 se darían en inglés sin una palabra en el español. En grado 3 se pudiera agregar una materia en español y ya para sexto pudiera ser mitad y mitad.
Como en todo en el país, los “grupos del no” se opondrán. Hablarán de patriotismo, de lo importante que es el español, y, por supuesto, que el inglés es idioma del “imperio” y que un programa muy intenso facilitará convertir a Costa Rica en “el estado 51” Seguramente les fue mal cuando visitaron a Disney con sus hijos y están resentidos.
Ya hay que comenzar. “The future is now”
cdenton@cidgallup.com