Hatillo 1 ya se clasifica como “tipo socioeconómico BC +” que significa clase media cómoda no obstante que fue un barrio originalmente establecido por el INVU.  A través de los años los vecinos fueron haciendo mejorías a sus propiedades – segundos pisos con balcón, cocheras, cuartos adicionales, cercas (algunos compraron la casa a la par y la incorporaron) hasta que ya no parecía lo que era al inicio hace por lo menos 45 años.  Esta costumbre de realizar mejorías es una característica de los costarricenses que es muy positiva. 

La semana pasada tuve la oportunidad de visitar a la precaria que se llama Las Palmas de Los Guido de Desamparados. Andaba con voluntarios de EduPlus, organización que ayuda a los jóvenes de estos tipos de barrios con el fin de que puedan aprovechar sus estudios y sobre todo no desertar.  Se repartían útiles para los niños de ese lugar.

Me llamó la atención la cooperación evidenciada.  Las calles en ciertos puntos estaban pavimentadas, de forma ruda pero funcional; había luz y agua y servicio de recolecta de basura. En ciertos puntos donde se notaba que pudieran formar lodo de difícil paso habían colocado pedazos de terracota para que los vecinos a pie pudieran pasar sin mayor dificultad. Había algunas casas muy bien construidas de dos pisos y personalmente vi dos garajes en viviendas que contenían autos de recién modelo y en buenas condiciones.  Me informaron que varios de los residentes “trabajan en construcción.”  Espero que esto implica que tienen la experiencia en construcción que les permite hacer mejorías y no que estaban “llevando materiales” de los que los contrataban.

También en lugares colindantes vi casas de latas de zinc, con trillos a veces difíciles para usar en el acceso. Algunos tenían aceras, otros blocs de cemento para poner los pies.  No vi un solo mascota que probablemente significa que los tienen a dentro de su casa para servir de guardianes.  Las personas que vi andaban limpias y con ropa atractiva.  

Llegué a la conclusión que este es un barrio en evolución hacia la clase media como lo hizo Hatillo 1 y quizás Hatillo 2 a estas alturas en el tiempo.  Pregunté (había leído Hernando de Soto “El otro Sendero) porque no se entregaban títulos para algunas de las propiedades en Las Palmas y la respuesta que recibí es que los residentes no quieren porque “tendrían que pagar impuestos municipales.” Por sí ya recibían todos los servicios, y ser propietario sería aceptar pagar por lo recibido.

Hay otros servicios que no reciben – no hay parque, no hay iluminación de calle, no patrulla la policía—y las compañías que pudieran llegar con cable y wifi no entran por la informalidad – pero los vecinos prefieren tener problemas para obtener estos servicios que pagar los impuestos cantonales.   

Lástima que no hay gobiernos locales que pudieran estudiar y mejorar la situación en lugares como Las Palmas.  Les servirían al tener una base impositiva más amplia y a los residentes sería entrar a otro mundo ahora de legitimidad.

cdenton@cidgallup.com