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LA SITUACION EN MI CANTÓN
Hoy me di cuenta que hay ocho candidatos a la posición de alcalde en el cantón donde he residido por los últimos 47 años. Apunté los nombres y voy a investigar lo que puedo sobre cada uno, por ningún lado veo afiches, vallas, anuncios que permitirían distinguir entre uno y el otro. Tomo la elección del 4 de febrero en serio porque el cantón realmente requiere cambios para mejorar la calidad de vida de todos.
Hay muchas presas a toda hora en mi cantón, voy a buscar un candidato a alcalde que ofrece una solución a este desafió. En parte existe este problema porque, si bien es cierto hay buen servicio de autobús a San José, no es así a lo interno del cantón. Además, los motoristas ignoran las áreas de las calles pintadas de amarillo y se estacionan sin preocuparse; la policía municipal no presta atención. Las paradas de autobús ocupan un carril que atrasa aún más. La concentración de automóviles en filas tratando de moverse para adelante crea contaminación de aire superior a lo que es deseable.
Relativo al tamaño de la población hay pocas áreas verdes, espacios libres, para que los habitantes pueden estirarse las piernas y los chiquitos jugar con seguridad. Como en tantos lugares el parque en el distrito central ha sido destruido por políticos locales con poco gusto que lo han llenado de estructuras de cemento (pensar en la aberración que es el Gonzalez Víquez en San José). Ahora es un lugar habitado por maleantes excepto cuando el cura de la iglesia decide llenarlo con una “feria” para conseguir fondos para su parroquia.
Pide el gobierno cantonal que la basura sea separada entre sólidos y orgánicos, pero después cuando aparece el camión todo se monta junto. Provocan pensar a los habitantes que están haciendo “algo” a favor del ambiente, pero en realidad hacen nada. Sí la recogen con regularidad y no se puede quejar por el servicio.
La iluminación de las calles está bien en los centros urbanos del cantón, pero en áreas donde la población es menos concentrada hay partes muy oscuras. Es más, en algunas áreas más “remotas” se montan pachangas muy asistidas, con mucho ruido bastantes de los fines de semana. Los vecinos pasan noches atormentados por los sonidos de tambores y los gritos de felicidad de los pachangueros. Llaman a la policía y vienen, pero no hacen nada. Argumentan que es propiedad privada y que no pueden intervenir.
En los últimos tres o cuatro años han subido los impuestos míos en más del 30 por ciento. Como todos los habitantes del cantón me he dado cuenta del salario jugoso del alcalde y de lo engrosado que está la planilla de este gobierno.
En esta ocasión el alcalde actual no se puede reelegir, pero ha puesto un testaferro de candidato con la idea de seguir en el gobierno por cuatro años como “asesor” del señor.
¿Suena todo de esto como si fuera su cantón? Seguramente hay mucha similitud. Vivo en Escazú.
cdenton@cidgallup.com