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INCIDENTE FRONTERIZO PRODUCTO DE POLITICAS ERRONEAS

Los migrantes que pasan por el país están desesperados, luchando por su supervivencia y por el bienestar de sus familias.  Buscan como financiarse para continuar el viaje a la “tierra prometida.”  Desde trabajos eventuales hasta pedir limosnas con cartulinas en las calles, necesitan buscar los recursos que les permite seguir adelante. 

Atrapados en Paso Canoas en campos terriblemente desagradables, unos de los transeúntes descubrieron una verdad que no debe asombrar a nadie; los precios en los supermercados panameños son mucho menores que en los costarricenses.   Esta diferencia es producto de la inhabilidad del Banco Central BCCR de controlar la situación cambiaria del dólar.  Los migrantes comenzaron a comprar productos de canasta básica y otros en Panamá, pasándolos a Costa Rica donde pudieron venderlos más barato que las tiendas en Corredores y dejándose una ganancia con que vivir y ahorrar para pagar el bus a la frontera con Nicaragua.

Los comercios nacionales se quejaron y la policía paró este comercio; los migrantes en situación precaria se encontraron perdiendo sus ahorros, sus productos y lo que necesitaban para sobrevivir. Protestaron y varios fueron apresados; anuncia la autoridad que los va a “deportar”.  Lo mejor es que los deporten a Nicaragua que sería lo justo ya que los tienen detenidos en Heredia. 

Mientras que la policía esté impidiendo a unos extranjeros en situación muy dificultoso de aprovechar de la diferencia en el costo de la vida entre Panamá y Costa Rica, el BCCR trata de averiguar de dónde vienen tantos dólares, exigiendo a los bancos comerciales revelar quienes son sus clientes y las monedas en que manejan sus negocios. 

No requiere un título universitario en economía para comprender que lo que tiene que hacer el BCCR es bajar el porcentaje que se cobra para préstamos en colones.  Esa acción fomentaría a la empresa privada que requiere dinero y crearía una demanda por dólares como instrumento de ahorro; bajaría la tasa de desempleo y crearía un cierto nivel de inflación, dependiendo en cuánto baja el porcentaje. 

El gobierno y el BCCR nunca han comprendido como funciona el sector “informal” de la economía y su importancia.  Si quieren que haya más formalización, tienen que meter machete a los trámites engorrosos que se requieren para poner una empresa formal en el país.

Mientras tanto allí están miles de migrantes que no tienen ningún interés en visitar los atractivos turísticos de Costa Rica.  Lo que necesitan es dinero para comida y $30 por persona para pagar el servicio de autobús frontera a frontera; también ocupan los $150 que cobra Nicaragua para transitar su territorio hacia Honduras. 

Los transportistas internacionales llenan los tanques de combustible de sus camiones en Panamá y llevan sándwiches y agua de allá; la idea es no gastar un cinco en Costa Rica por lo caro.  Los turistas de París encuentran muy caro al país.   Para el turista nacional es más barato ir a Miami Beach que a Tamarindo. 

¿Hasta cuándo despertarán los señores del BCCR y cumplen con el bienestar del pueblo?

cdenton@cidgallup.com