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¡QUE DIFICIL EL TRABAJO DE NOGUI ACOSTA!
Por un lado, pasa escuchando “gritos” de las instituciones públicas que necesitan más plata. Las llamadas telefónicas, los correos, las reuniones constantes vienen todos con un mensaje prevalente –“no podemos cumplir si no nos dan más recursos.” Por el otro lado si intenta aumentar impuestos para complacer a todos los que “urgentemente necesitan” hay llantos y rompimiento de vestiduras de diputados, gremios, y ciudadanos en general. Para ser ministro de Hacienda es necesario ser valiente y no ser afectado psicológicamente por insultos, constantes ataques en los medios y en las redes sociales.
Un 18 por ciento de los 3.9 millones en la población económicamente activa trabajan en el sector público. Estas 702 mil personas viven del erario, pero no todos están dentro del grupo que depende directamente del gobierno nacional. Allí también están los empleados de los municipios, y los que laboran en las instituciones que generan recursos directamente como el ICE y RECOPE. Las universidades estatales dicen que son “autónomos” pero dependen totalmente del erario.
Una manera que ha usado el gobierno para cubrir sus costos es pidiendo “fiado” a fuentes internacionales. Emite “bonos soberanos” y dependiendo en los intereses los inversionistas del exterior pueden inyectar dinero. Pareciera que está opción no es tan viable ahora, por la cantidad que ya debe el país, y mucho de que se recoge en las ventas en 2023 va para pagar deuda vieja.
Pasan horas los del gobierno buscando nuevas maneras de cobrar impuestos o viendo como pueden “podar” al sector público. Para lo último lo menos controversial es sencillamente abolir los puestos que se desocupan por fallecimientos, renuncias y por la jubilación de alguien. Es un cinco por ciento que sale cada año – 35 mil personas – y si se exceptúan a los policías, los educadores y al personal médico, aun se puede seguir adelante con 15 mil menos. En un período presidencial de cuatro años se pudiera eliminar 60 mil personas sin afectar servicios. Tratar de convencer a los diputados de aceptar estos recortes es muy difícil.
Se pudiera generar recursos nuevos si se legalizara la mariguana recreativa. (También reducir la criminalidad) No pretendo tomar posición con respecto a esto, pero si hay debate nadie que toma con cierta regularidad alcohol (copa de vino, cervecita, un traguito de ron) debería sentirse con valor moral de oponerse a la mariguana. El trago es fundamentalmente lo mismo que comer una galleta que contiene la hierba.
Otra posibilidad es legalizar un par de hipódromos y cobrar impuestos sobre entradas y apuestas. Atraería más turismo si hubiera carrera de caballos.
Lo que no se debe hacer es aumentar el IVA, que es impuesto regresivo (los pobres pagan más) y un freno al crecimiento económico. El asunto con el impuesto de ruedo es que muchos viajan en auto porque el país no ofrece un servicio de transporte público mínimamente aceptable. No se puede aumentar.
Conozco el restaurante Nogui en Tamarindo (creo que es de los padres del ministro) y ofrece un excelente pastel de coco crema.
Carlos Denton | cdenton@cidgallup.com