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LOS ESTUDIOS GENERALES SON NECESARIOS
Nelson Mandela dijo “la educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo.” ¡Así es!
Originalmente se supuso que en los colegios en el último año se daba lo que se llama ahora “estudios generales.” En ese entonces eran pocos los que obtenían un bachillerato y los que si lograban obtenerlo ostentaban conocimientos de matemática y quizás trigonometría, se percataban algo de la historia de su país y un tanto la del mundo, manejaban cierta cantidad de palabras y frases en un idioma extranjero (francés o inglés), habían leído ciertas obras literarias como las de Miguel Cervantes, Victor Hugo y Mark Twain, y sabían algo de biología o química. Entraban a la universidad con ciertas bases y una habilidad demostrada de poder estudiar.
Con la masificación de la educación lamentablemente vino la caída en la calidad y cantidad del currículo tanto en colegios privados como en los públicos y las universidades tuvieron que poner exámenes de admisión para ver si el colegial tenía por lo menos un mínimo de capacidad y de conocimientos. Y a los que aprobaban el examen se les obligaba a realizar un año de estudios generales.
Frente a esta situación algunos países han establecido centros de educación superior en las comunidades que dan los generales y eliminaron la necesidad de que las universidades, que son muy costosas, tuvieran que ofrecerlos. Los CEGEP de Quebec y los “Community College” en varios lugares de los Estados Unidos son ejemplos.
En Costa Rica estos centros se ubicarían en los pueblos y ciudades –se pudiera instalar uno en Nicoya para estudiantes de esa ciudad y de Santa Cruz, otro en San Isidro del General o en Siquirres. En vez de tener que sufragar los costos de estudiar en San José o en la “capital” provincial vivirían en casa. Ya para los estudios de carrera se tendría que trasladar el alumno a la sede universitaria pública o privada.
Estos centros pudieran financiarse desde el FEES. Para las universidades sería un alivio financiero sustancial en cuanto a docentes, aulas, recursos administrativos. A las familias y los educandos también representaría un ahorro.
Lo que habría que evitar es que los centros nuevos se convirtieran en algo similar al colegio y quizás usando profesores de colegio como instructores. No sería un lugar para “camaronear” de docentes existentes. Los profesores deberían de tener un mínimo de una maestría y ojalá más y quizás algún otro logro profesional – ejemplos, libro publicado, experiencia en país extranjero, puesto de elección popular, experiencia en un laboratorio científico, y cierto nivel de madurez. Esto no sería como un colegio – sería un centro de enseñanza superior para adultos con ganas de aprender.
Para que la democracia costarricense sobreviva el país debería de tener ciudadanos con un nivel de conocimiento que les permite evaluar los temas que afectan a todos. Los estudios generales constituyen una manera de inculcar respeto a los pensamientos de los ajenos y de poder funcionar mejor en el mundo y desde luego en el país.
Carlos Denton | cdenton@cidgallup.com