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SAN JOSÉ, UNO DE LAS PEORES
A nivel mundial San José está en tercer lugar como la peor en el mundo para tráfico. Solo es superada por Lagos y Los Ángeles en cuanto a congestión y mala planificación. En noveno lugar está la Ciudad de Guatemala y en decimo primero el Distrito Federal de México. ¿Cómo logró este “honor” la capital costarricense y qué solución hay para este problema?
Para viajar de Heredia a Escazú o de Cartago a Desamparados en bus hay que ir a San José, bajarse, y a pie buscar la parada de la línea del destino. Con pocas excepciones esa es la norma. Lo normal en San José es ver circulando autobuses para 40 o más pasajeros vacíos o con una o dos personas a bordo, bloqueando acceso a las aceras, impidiendo el paso fluido de los demás, y contaminando el aire. El alcalde de la capital ha promovido la construcción de “terminales” y algunas pocas líneas la han hecho.
Los dueños de las líneas de autobús han luchado incansablemente para mantener las rutas tal como están y ningún gobierno nacional en los últimos 50 años se ha atrevido a realizar un overjol del sistema. Y por supuesto, el “tren urbano” realmente no es parte seria de lo que pudiera producir un alivio en el tráfico en horas pico.
Lo que hace excepcional San José es que en cualquier día y hora hay miles de personas y vehículos que están en esa ciudad “en tránsito.” No quieren estar en la ciudad, pero no hay alternativa. El san ramonense que necesita llegar a la basílica en Cartago tiene que pasar por San José; igual el residente de Aserrí que requiere llegar a Santa Bárbara de Heredia es obligado a realizar el viaje por la capital. Además de los pasajeros de autobuses “cambiando” hay vehículos particulares incluyendo camiones que también están transitando por falta de opciones.
Mientras que hay dos avenidas que son amplias para viajar hacía el este (la 2 y la 10), no hay ninguna para viajar en la dirección contraria. No ha habido ningún esfuerzo para “abrir” calles o avenidas, que además no están marcadas adecuadamente. Hay pocos parqueos y muchos se atreven a dejar sus vehículos en áreas prohibidas para atender un asunto “rapidito.”
Las aceras están desniveladas y angostas, obligando a las personas a pie a usar la calle en horas pico con las implicaciones para accidentes.
El alcalde prometió un tranvía si fuera reelecto en esta oportunidad; ¿Quién sabe por donde transitaría? Era otra de tantas ofertas de políticos en campaña que se olvidan el día después de la votación.
Se ha creado una prohibición de placa en los días entre semana, pero hay pocos policías de tránsito para obligar a los motoristas a cumplir con la ley.
Mientras la situación se mantiene no hay muchas familias que tendrán interés en residir en la capital. Aparte del molote del tránsito está el problema de los criminales que asaltan a los honestos que pasan por la ciudad a diario.
Carlos Denton | cdenton@cidgallup.com