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COSTA RICA NECESITA HÉROES
Tener héroes nacionales produce muchos beneficios. Inspiran el orgullo nacional y promueven la unidad al crear valores compartidos. Sirven como modelos para los jóvenes y crean valores importantes como la valentía y la perseverancia.
En días recientes la municipalidad de Heredia quitó el nombre de Oscar Arias del Palacio del Deporte. Hubiera creído que él era excelente candidato a ser héroe, pero aparentemente la Muni de su cantón de origen no coincide conmigo. El gobierno nacional ha puesto nombres de posibles héroes en muchas de las carreteras nacionales, pero si me preguntan en este momento quien fue el General José María Cañas no tengo idea. Sé que Pacífica Fernández fue primera dama, pero esa virtud no es suficiente para considerarla heroína. ¿Bernardo Soto?
El prominente comunicador Armando Vargas Araya quiso crear un héroe nacional en la persona de Juan Rafael Mora; hasta logró que todas las embajadas en el exterior exhibieran una pintura de este ex presidente. Basó su recomendación en el hecho que este presidente costarricense logró montar una fuerza armada que derrotó al filibustero William Walker, en ese entonces comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, y lo sacó huyendo a Honduras.
Si bien es cierto que esa derrota militar fue muy importante, según Vargas de mayor consideración fue que por primera vez se creo una unidad nacional costarricense y un orgullo entre la ciudadanía.
Se debe notar que el actual mandatario de Nicaragua – Daniel Ortega—argumenta que Walker no era comandante de las fuerzas armadas, y que el movimiento de los militares costarricenses a Rivas fue una invasión y un intento de quitar el Rio San Juan de Nicaragua.
Lo de Mora no ha calado entre el pueblo. Una razón es que después de ese gran logro fue fusilado por el mismo ejercito que el estableció y llevó a la victoria. Recientemente (2024) el Gobierno de Costa Rica formalmente pidió perdón a la familia de Mora y admitió que fue un error. Mora fue fusilado en 1860 y el gobierno de su país tomó 164 años para reconocer el error. Ha dejado un sinsabor a su estatus de héroe.
Otra razón es que el país tiene una vocación pacifica y no tiene ejército. Crear un héroe nacional de una figura guerrera es una contradicción. El presidente Jesús Jimenez Zamora que lideró el movimiento que llegó a declarar que la educación primaria fuera universal y obligatoria en 1869 me parece un buen candidato. Igual José María Figueres Ferrer, presidente que abolió el ejercito en 1948, es otro candidato a ser héroe nacional.
Un héroe no tiene que ser figura involucrada en la política. Pudiera ser alguien que proviene del deporte, del arte, de la literatura y la música. También de la ciencia, de la religión, o del cine. La mentalidad nacional es tan igualitaria que es difícil que un nombre surge a la gloria.
Hay países donde un criminal se convierte en héroe – “Jack the Ripper” en Inglaterra es un ejemplo; eso no es algo deseado para Costa Rica.
cdenton@cidgllup.com