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EDAD DE MAYOR VULNERABILIDAD; 13 A 17
Los jóvenes de 13 a 17 no son adultos, pero tampoco son niños. Tienen muchos de los deseos y necesidades de adultos, pero no han logrado la sabiduría para reconocer lo peligroso y las oportunidades. No entienden lo que son las consecuencias en todas sus vidas de ciertas decisiones. Por ejemplo, abandonar los estudios sin completar la secundaria es casi seguro que recibirá una condena de tener problemas en conseguir un empleo por el resto de la vida y será uno de bajo salario si lo obtiene.
Muchachitas embarazadas perderán la oportunidad de realmente disfrutar su adolescencia por el mero hecho que tendrán un dependiente. Aunque logren regresar al aula, son pocas las que terminan y luego cursan estudios superiores. Parte del problema potencialmente puede ser la calidad de educación que se les ofrece, pero la verdad es que los desafíos principales son de tipo existenciales.
Si viven en situación de dificultad financiero familiar es probable que haya ausencia de adultos que les pueden aconsejar y que les ayuda a resolver problemas con los estudios y de otros que forman parte de la madurez. La falta de dinero es algo que viven a diario.
Estos jóvenes tienen mucho tiempo de ocio y si no hay quien les guie a aprender a disfrutar de la lectura, de la música, del ejercicio mucha de sus vidas se dedicará a mirar a la televisión.
Lo ideal es que los que tuviesen energía puedan obtener un trabajo después del horario de los estudios. Ayuda con el presupuesto familiar, pero también abre la puerta a poder comprar unos zapatos especiales, o de ir al cine en el mall con los amigos.
Ayudantes en los comercios, en las salas de belleza, en los talleres, ganando un poco de dinero, pero aprendiendo del mundo del adulto. Lamentablemente esos tipos de empleos cada vez son menos y hay restricciones legales de todo tipo impuesto para que los niños no sean “explotados.” Fundamentalmente los más atractivos son los ofrecidos por las organizaciones traficantes de drogas ilícitas. Los jóvenes que forman parte de esas organizaciones lucen mejor ropa, siempre tienen dinero y las fiestas que hacen son super buenas.
Si el problema fuera uno exclusivamente de los barrios pobres menos mal, pero la verdad es que se extiende a todas las áreas. Los de clase media no sufren de hambre y pueden poseer mejor ropa y otros artículos, pero el tiempo de ocio y la falta de adultos que les aconsejan es la misma en todos los sectores de la sociedad.
La solución de esta situación no está en la creación de otro programa de gobierno, con funcionarios y jerarquía y mucho presupuesto. Es la sociedad civil – los “scouts,” las iglesias, las organizaciones deportivas – que tiene que aprovechar y responder a este reto de dar más orden a la vida de estos vulnerables.
¿Cuántos científicos, empresarios de éxito, músicos, deportistas, artistas, docentes, políticos de visión se han perdido con jóvenes de gran potencial que tomaron una decisión equivoca?
cdenton@cidgallup.com