Carlos Denton

Para mejorar las ventas, la producción, y la identificación con la misión de la organización o empresa, es necesario contar con trabajadores comprometidos. Entre las 12 variables que incluye la Gallup en sus estudios diseñados para lograr metas están “mi supervisor me habla de mi progreso en la organización por lo menos una vez a la semana” tengo todo el equipo y materiales que requiero para cumplir con mis responsabilidades en el trabajo,” “me toca realizar lo que mejor sé hacer en mi trabajo” y “tengo un mejor amigo en el trabajo.”   Varios de estos y otros no se logran adecuadamente en un ambiente de teletrabajo.

Lo de teletrabajo fue muy bonito durante la pandemia—por lo menos al trabajador le llegaba un salario cuando en muchos casos la empresa cerró sus puertas temporalmente Pero cada vez para los empresarios es más aparente que difícilmente se logran las metas trabajando por destajo y la comadrería, el compromiso, la energía no se generan en organizaciones desmembradas y repartidas por todo lado.

Hay varios factores que inciden en la decisión de permitir o fomentar el teletrabajo.  Quizás puede ser que el trabajador reside muy lejos (una hora o más) de la sede.  La ley no permite discriminar contra un trabajador por ese motivo (vivir lejos) y cuando busca empleo la persona siempre dice que “no importa.  Necesito el trabajo cumpliré con el horario.”  Pero rápidamente se impone en el espíritu de la persona una vibra negativa.  Levantarse a las 4 y 30 de la mañana para salir a las 6 para llegar al trabajo a las ocho de la mañana y luego llegar a la casa antitos de las ocho de la noche implica estar por lo menos tres horas al día en algún tipo de vehículo, respirando aire tóxico, incómodo, sentado a la par de una persona que no se baño en la mañana y no es agradable. 

A la compañía u organización pudiera  gustar el teletrabajo porque no hay hacinamiento en las oficinas; hasta se podrá vender el edificio actual y comprar algo más pequeño.

Se debe notar que el transporte público ocupa parte de la culpa del dilema.  El hacinamiento en los trenes está para dar vergüenza.  Las rutas de los buses en muchos casos no coinciden con las necesidades de los usuarios.  Es muy común que un pasajero use dos buses para llegar a su destino.  Muchas unidades están viejas, asaltan en las paradas, al interior se encuentran sillas vandalizadas, pisos sucios.  Para muchos lo encuentran es puro mugre.

El ser humano es por definición criatura social.  Trabaja mejor en equipo, aprende más de los compañeros de labores de lo que le enseña su jefe. Vende más, cumple mejor cuando hay compañeros con quien comentar de sus experiencias.  Por eso prefieren los que trabajan solos a asistir a un “we work” que quedarse en su casa o apartamento.  Solo hay una conclusión obvia – hay que repensar eso del teletrabajo. Normalmente no es bueno.

cdenton@cidgallup.com