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PUEDE SER TRISTE ESTA ÉPOCA

Para la mayoría esta época es una de mucha felicidad.  Para los cristianos es la Navidad y para los judíos es Hanukkah (comienza este año el 25 de diciembre) y para todos se conmemora el fin de un año y el comienzo de otro.  Hay fiestas, comidas, y reuniones familiares y por unos días se olvidan los quehaceres y los retos.  Hay risa, hay música y sobre todo mucha comida.

Sin embargo, para muchos es una época muy triste y es el período donde hay más suicidios o intentos de acabar con la vida. Sobre todo, es difícil para las personas que viven en soledad, que puede ser real o puede ser existencial.  Para personas en la tercera edad (adultos mayores) puede ser que quedan solos en estos días.  Quizás el conyugue falleció, los hijos viven en otro lado o país, y los que están cerca están más enfocados en sus hijos y amistades que en “la viejita.”  Ahora que cada vez más parejas optan a no tener hijos es más probable que queden solos con el adelanto de la edad. 

La soledad existencial se define como sentirse desconectado de los que deberían normalmente ser de mayor intimidad e incluso de si mismo.  Quizás no es posible estar con la persona o personas que más quiere.  Este tipo de problema no es solo en épocas festivas –también puede ser en otras coyunturas. 

Los médicos están ahora definiendo la “soledad” como una enfermedad porque provoca todo tipo de situaciones físicas y sobre todo al sistema inmunológico le debilita.  Los seres humanos son “sociales” y al fin de cuentas un teléfono móvil no sustituye el estar con otras personas presencialmente.  Por algo es que crece el sistema de trabajo que se llama “we work” y disminuye el teletrabajo.  Trabajar en el domicilio reduce las horas que se requieren para llegar y venir del centro laboral y tiene otras ventajas, pero para la producción de ideas, de estímulo intelectual y de bienestar psicológico asistir al lugar de empleo es lo mejor.

Es cierto que hay todo otro grupo que no disfruta tampoco a la época navideña y es compuesto de los que viven en pobreza.  Todos los días son difíciles, pero cuando no hay comida (ni pensar en regalos) es horrible.  Y es casi no imaginable comprender lo que sería vivir “en la calle.”  Para los adictos no es buscar un tamal el 24 de diciembre; para los que sencillamente no tienen apoyo de nadie y tampoco trabajo y que están durmiendo expuesto a los elementos tiene que ser un sufrimiento fuerte.

Pero ¿qué hacer frente a la soledad creciente a merced del creciente uso de móviles para comunicar con otros seres? Los de Generación Z chatean con otros; la idea de usar “voz” en el teléfono para comunicar incluso a familiares es una que no le llega al proceso de pensamiento.  Los “millenials” fueron algo así, pero los “Zetas” son extremistas.

Ojalá que tengan los lectores de esto una Feliz Navidad.

cdenton@cidgallup.com