El avance en la Inteligencia Artificial IA parece inevitable, pero aún hay escollos para los que nutren y promueven ese crecimiento.  Uno de los impedimentos a la IA viene de la desconfianza del ser humano en estas máquinas.  

Los que viajamos con cierta regularidad en aviones comerciales estamos muy acostumbrados de recibir un cordial saludo del capitán, que se identifica por nombre y apellido, y les cuenta a los pasajeros datos sobre el tiempo del vuelo, las condiciones del tiempo en la ruta y su discurso siempre termina con una invitación de sentarse cómodo y “disfrutar del vuelo” atendido por tripulantes de la cabina.  ¿Volaría un pasajero en un avión sin un ser humano en la cabina de mando?

Quizás al principio ofrecerían fuertes descuentos a los vuelos sin pilotos y poco a poco pudieran establecer niveles de confianza similar a los que se exhiben en la actualidad en las tripulaciones humanas.

Imaginar una pareja con dos niños, muchacha de 11 años y muchacho de 9, que enfrentan una emergencia impostergable y necesitando su presencia en otro país por diez días (madre y padre ancianos severamente heridos y hospitalizados en un accidente, por ejemplo).  ¿Confiarían en un par de robots para cuidar a sus hijos durante su ausencia?   ¿Y si fueran los hijos adolescentes?

Si usted necesitaba un trasplante de pulmón ¿estaría usted de acuerdo que lo hiciera un robot sin presencia de médico humano?   La operación sería más barata, porque el robot, su enorme costo, no obstante, pudiera trabajar 24 horas diarias sin tomar libre. 

¿Qué tan convencido estaría usted en un restaurante supuestamente de “haute cuisine” cuando descubre que no hay ser humano presente en el establecimiento?  Desde el mesero, hasta el chef y los cocineros, todo es manejado por IA y quieren cobrar $200 por persona promedio por esta comida finísima. Claro, nunca hay que devolver un plato porque llegó a la mesa “fría” y si pide la carne 5/8’s llegará tal cual.   Además, tienen un pianista ser humano que toca todo tipo de música al gusto de los clientes.

Quiere comprar un automóvil nuevo y resulta que el vehículo que a usted le gusta es “el vendedor.” Entabla conversación muy amena con usted sobre sus virtudes, sus comodidades y sus costos. Hasta cuenta chistes, igual que un humano vendedor tradicional, del orangután que realmente era una mujer humana en el zoológico.  Todo estuvo bien hasta que el león la quiso comer.  ¿Pudiera un ser humano comprando carro confiar en este vendedor?

¿Preferiría un perro robot o uno natural para ser su “mejor amigo?  Nunca habrá que sacar a caminar el robot para hacer sus necesidades y tampoco habrá que alimentarlo. Sería mucho más barato que un animal por más zaguate que fuera.

En la playa de vacaciones ¿preferiría un salvavida humano o un robot?  El robot estará permanente vigilante y se tiraría al agua de inmediato si usted u otro estuviera con problemas 

Pueda ser que la IA avance dramáticamente en pocos años.  Pero solo si logra ser confiable.

cdenton@cidgallup.com